domingo, 18 de mayo de 2008

Ko Tao

del 31 de Marzo al 15 Abril 2008

Con mirada melancólica perdíamos de vista Ko Phangan. Chand nos había despedido en el pier con su característico talante de intelectual fuera de lugar, con el alma arrastrándole por el suelo y con su moto que tanto quería.

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El barco rodeó un poco la isla de Ko Tao para aproximarse al pier, y en la costa se veían los resorts de diseño, cuidando el entorno y extendiendo sus bungalows y pasarelas que los comunican por las rocas difíciles de sortear, hasta las calas privadas y los arrecifes para el snorkel.

La isla es más pequeña y salvaje que Ko Phangan. La historia cuenta que primero sirvió de cárcel y tras una amnistía general empezó a habitarse mucho más tarde que el resto del archipiélago de Suratani, por lo que su explotación ha sido más lenta y reciente. Aunque ahora las escuelas de buceo y los servicios turísticos cubren sus principales playas.

Este es el mayor atractivo de Ko tao, el buceo, pero ahora que conocemos el punto de vista de los profesionales, debemos recordar que no es por su atractivo natural sino por sus precios; el lugar es precioso para hacer submarinismo, el agua esta caliente, hay coral, tortugas, tiburones... y multitud de especies maravillosas que dejan al novato impresionado, pero que si has frecuentado otros lugares como Ko Phiphi o las islas Similan, no tiene mucho de especial.

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Nuestro caso era distinto, nuestra experiencia en las inmersiones submarinas cero, y nuestro presupuesto bajo; así que habíamos caído en el lugar perfecto.
Al llegar al puerto vimos un agradable ambiente distendido, con taxistas y representantes de hoteles y escuelas de buceo, como en cualquier desembarco, pero a su vez todo accesible por tu propia cuenta. Buscamos lo primero la escuela de buceo, ya que nos habían informado de que haciendo el "open water" la mayoría ofrecían alojamiento gratuito.

Tras comparar en varios lugares nos decantamos por Easy Divers, donde una joven italiana muy agradable nos conquistó, en parte por ella misma y porque nos informó de que en la escuela había un instructor vasco, y nos inspiraba confianza el poder saber del curso con un paisano en nuestro idioma.

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En menos de tres horas en la isla, ya estábamos alojados en un maravilloso complejo a pocos metros del centro de buceo, y viendo el vídeo de introducción de PADI. El alojamiento que nos dieron, maravilloso, con las clases donde estudiaríamos la teoría al lado de nuestro bungalow, y con el mejor ambiente que podríamos desear.

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Los tres días del Open Water pasaron volando y como un sueño, como una psicodelia sana de nuevas experiencias. Nos dimos cuenta de que como viajeros, el conocer el mundo submarino era una de las maneras más interesantes de viajar, ya que sabemos más de la superficie lunar que del fondo oceánico, así que abierta la primera puerta, nos lanzamos directos a por el segundo curso: el Advance.

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Nuestro instructor del Open Water fue Jo, un Escocés de origen alemán, que dejó su vida de manager de un famoso club en Edimburgo, por el deporte vago de respirar bajo el agua y enseñar a otros a hacer lo mismo. Sus explicaciones eran amenas y bajo el agua inspiraba una seguridad que nos hizo disfrutar cada segundo. Su estilo alternativo y la rebeldía controlada de un experimentado instructor nos creó una gran simpatía y aunque en el curso siguiente no estuvimos con él, este pidió ser el guía de nuestra última inmersión, el "night dive", a modo de despedida.

En el Advance cambiamos de instructor, un joven norteamericano llamado Gannon, con el que también lo pasamos de lujo. Este curso consta de "adventure dives" que te preparan para diferentes tipos de inmersiones y actividades bajo el agua.
Nosotros hicimos:

"Underwater naturalist", una inmersión de lo más placentera en la que uno se dedica a observar las profundidades, a identificar especies y a portarse bien con el entorno, es un "fun dive"; muy compatible con quien tenga una cámara y esté haciendo "underwater photography".

"Underwater navigation", esta fue una inmersión más didáctica, con ejercicios de orientación con brújula y contando los metros recorridos, a través del tiempo, la presión de nuestro tanque o los "kick cycles". Además de la interpretación y comprensión del mapa de la zona que estábamos buceando. Fue divertido ya que nos encontramos por primera vez perdidos bajo el agua, solos, sin experiencia y con la necesidad de orientarnos a la fuerza para encontrar el camino de vuelta al barco. Xavi, estuvo muy hábil y llegamos sin problemas.

"Peak performance buoyancy", en mi opinión el más útil y de uso constante en cualquier inmersión. Se trata de el auto-control de la flotabilidad. Primero saber cuantos pesos necesitamos para conseguir una flotabilidad neutra, y luego, cargar nuestros pulmones de aire para subir ligeramente y vaciarlos para descender. Importantísimo para sortear los corales, controlar tu dirección y, al fin y al cabo levitar, usando la menor energía posible para que los dives sean largos y placenteros.

"Deep dive", importantísimo si queremos bucear sin limitación en el ámbito del buceo recreativo, hasta 30m. Mi anécdota fue que en el deep dive gasté mi aire demasiado deprisa y para no hacer subir a todo el grupo, Gannon me propuso cambiarnos el BCD (chaleco de flotabilidad), con su correspondiente tanque y los reguladores bajo el agua; una práctica de emergencia que me gustó tener la oportunidad de ejecutar.
En el "deep dive" también es común la narcosis de nitrógeno, que es una sensación de embriaguez, como si estuvieras borracho o drogado, causada por el nitrógeno a partir de cierta profundidad dependiendo de la persona, y tristemente yo no lo pude experimentar, un pedo limpio y sano, una pena. A Xavi si que le subió un poquito el nitrógeno... que suerte!!

"Night dive", el mejor, una experiencia inolvidable. El deep dive como ya he dicho lo hicimos con nuestro instructor del "open water" a modo de despedida. En el barco, el capitán que ya sabe que nos gusta bailar por inmersiones anteriores, nos puso música para animarnos; salimos al atardecer y llegamos al punto a explorar ya de noche. Saltar al agua en la oscuridad ya es extraño, pero aun más extraño resulta ver los diferentes focos de las linternas de tus compañeros bajando a las profundidades del océano. Parecía una expedición lunar, con ese silencio de ruidos respiratorios y sonidos sordos difíciles de identificar, y los buceadores uno a uno descendiendo por la guía.
Se dice que en el night dive el aire se consume más despacio ya que tu mente solo se concentra en un punto, donde tu linterna apunta y no usas tanta energía. Nosotros, con las linternas nos dedicamos a ayudar a las barracudas a encontrar presas y divisar combates de bestias submarinas. Vimos una gigante tortuga comiendo coral y apagamos las luces sentados en círculo en el fondo para ver las reacciones del plancton, que provoca destellos fluorescentes al agitar el agua.

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Durante los días del curso hicimos buenos amigos, como Fred, que andaba por el mundo dejandose arrastrar por la corriente; de nacionalidad francesa y espíritu aventurero venía de Europa cruzando el charco tras diez o doce meses de viaje. Él vivía en el jardin, en su tienda de campaña individual... que rápidamente adaptaba cuando conocía a una buceadora de paso, aunque la mayoría de las veces le alojaban ellas a él en sus apartamentos con cama y baño propio.

El barrio en Ko Tao era de lo más dispar, nosotros vivíamos en el extremo sur de la costa oeste de la isla, al final de todo el bullicio, pero a su vez relativamente cerca del mismo. Pasado nuestro resort ya solo había complejos perdidos en los recobecos de las calas lujosas, discretos y difíciles de encontrar. En cambio al otro lado se extendía el ambiente, empezando por el pier hasta la playa de las fiestas y los establecimientos más antiguos de la isla.

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En nuestra calle había tres burdeles, una furgoneta hippy aparcada hecha bar y un centro de comida, que constaba de tres restaurantes locales en puestos abiertos a la calle, nos hicimos asiduos a uno de ellos y entablamos muy buena relación con la familia. El padre era el cocinero y sus hijas mayores las camareras, que hablaban un poquito de inglés. la hija pequeña estaba de vacaciones y se pasaba el día entreteniéndose con cualquier cosa y jugando con los clientes que se dejaran. Nosotros ya éramos como primos de la familia, nos invitaban a probar sus manjares de marisco, enseñarnos de donde traían los anacardos, o prepararnos para comer cualquier experimento que les pidiésemos.

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Empezamos a pensar en irnos hacia nuestra próxima aventura, además en tres o cuatro días nos caducaba la visa y teníamos que hacer una entrada en Birmania para renovarla. Así que esa noche desalojamos la habitación y nos refugiamos en la posibilidad de colgar las hamacas en el jardín, total, ya éramos amigos de la gente del barrio y esto nos ponía más cerca de marchar pero, a la vez nos brindaba la posibilidad de un día más.

Sacrificamos un día en la noche de los bolos, curiosísima velada repleta de diversión. Salimos como si fuera nuestra despedida y la escuela al completo había quedado para una partida de bolos en un local de la zona. ¿Bolos en Ko Tao? me pregunté, y efectívamente, una galería de cuatro pistas sin contadores, ni mecánica ninguna, hasta recoge-pelotas y coloca-bolos thai corriendo el riesgo de llevarse un bolazo desviado.

Salimos de la bolera ya un poco pedo y con ganas de jugar una partida de billar, y lo único abierto cerca de casa eran los burdeles, por donde pasábamos cada día para ir al super, o a la playa, y donde ya las chicas que te llaman desde las terrazas nos conocían, así que fuimos a jugar un billar sin compromisos. Conocimos al dueño, un inglés en silla de ruedas, que había sido buceador en la isla y tras un accidente de moto quedó inválido y al menos allí, sus chicas le cuidaban.

Seguimos calle abajo tras la partida de billar y la cerveza de más. La música del siguiente burdel estaba más alta de lo normal, era un karaoke thai a toda pastilla y una gran barbacoa en la terraza. Si darnos ni cuenta ya estábamos dentro, con un micrófono en la boca, y cantándole el cumpleaños feliz al dueño; este agradecido por nuestra espontaneidad nos invitó a comer y nos pusimos cerdos. BBQ de pescado, pollo, patatas, calamares... nos llenamos, bailamos un poquito para bajarlo y nos marchamos a dormir.

Habiéndonos retrasado un día, nos tentamos a retrasarnos otro, ya que la fiesta del año nuevo Tailandés se acercaba, los dos próximos días iban a ser los más divertidos del año en la isla, y claro, entre la resaca y tal tentación nos quedamos.

Pasamos el día bebiendo zumo, curando las picaduras de mosquitos asesinos del jardín donde colgamos las hamacas, y preparándonos para el día siguiente. Compramos pistolas de agua de gran calibre, una grande, de repetición, y una recortada de dos disparos certeros para los asaltos.

Esa noche se supone que sólo eran los preparativos; la gran batalla era al día siguiente continuando con una fiesta por la noche hasta el amanecer. Pero nuestro equipo no podía aguantar más y fuimos a probar nuestra artillería a los bares de la playa.

A la mañana siguiente despertamos peor que la mañana anterior, sin armas, ni munición, lo habíamos perdido todo, y lo que no, estaba empapado, desde el pasaporte, billetes de avión, dinero... y amanecimos en la gran fiesta, con niños en el jardín empapándonos de nuevo.

En esta festividad todo el mundo participa y nadie se queja, la isla se vuelve un campo de batalla. Así que nos prestamos como mercenarios a ir en el pick-up del hotel a recorrer la isla de punta a punta. Es como una procesión de coches llenos de niños armados para inundar lo que se les ponga por delante, motociclistas llendo al trabajo con el cuerpo empapado y llenos de polvos de talco, que es otro complemento en la batalla, y muchos son mentolados, así que incrementa más el frío que produce el agua.

En el coche llevábamos dos tanques de agua donde llenábamos los cubos pequeños y hacíamos paradas clandestinas para echar hielo al agua. Nos encontrábamos con la carretera cortada por grupos de jóvenes con mangueras y música techno a toda máquina. A cada diez metros había una batalla diferente, así que entre el aire, talco y manguerazos la resaca se nos pasó y entre las bajas de la batalla encontramos armamento para la noche.

Dormimos un rato y nos dirigimos a la playa, allí el festival acababa de empezar, en una carpa se concentraba casi todo el munto, al dj lo habían protegido creándole una perfecta cabina a prueba de mangueras con lonas de plástico transparente, las mesas de billar también estaban cubiertas pero por lo demás daba igual estar el la barra pidiendo, que en el mismo mar nadando, no te librabas del agua.

Nos convertimos en auténticos comandos y censamos a los presentes a base de chorros en la cabeza mientras bailaban, aquí recordé mis guerras de agua con Anais en el club "Ocean Rooms" de Brighton, donde enjabonamos las manos del dj, Domingo, mientras estaba pinchando y donde la pista de baile se convertía en una piscina un tanto underground.

Tanto recuerdo de Brighton que se materializó algo: Dos chicos vinieron hacia mí y absortos preguntaron "Juanma??" y me pareció increíble, resultaban ser dos niños, ya creciditos, que en mi primerísima etapa en Inglaterra venían a comprar bocadillos a Subway, donde yo trabajaba.

La noche estuvo llena de coincidencias, mucho más de lo normal, desde un grupo de españoles de Alcazar De San Juan con amigos comunes hasta el encuentro con "El Negro" de Corbera, amigo íntimo de una amiga nuestra de brighton, Kuki. No terminamos ahí, otros españoles de Madrid conocían a Lola, otra incondicional de Brighton hace un par de años y a su amigo Peter, el dj que dio el nombre a nuestro colectivo, el dj Zapatilla; por una vez que este había pinchado en Madrid.

Tras una noche así y tal preludio, nuestro cuerpo no daba para más, Xavi y yo amanecimos en lugares diferentes y nos encontramos por casualidad en el bar de siempre, donde los dos fuimos a recomponernos desayunando unos fruit shakes. Y la decisión, más que por nosotros, fue tomada por el propio pasaporte, donde la fecha limite de estancia en el pais era la fecha del día siguiente.

Nos dispusimos a embarcarnos en un carguero nocturno y así ahorrarnos una noche de hotel, teníamos que llegar a Ranong y de ahí cruzar a Birmania en el día siguiente, pero el destino nos volvió a poner otra zancadilla. Esta vez ya nadie nos creía, debía ser la cuarta vez que nos despedíamos de algunas personas. Y esa noche era un ultimátum, esa noche eran despedidas reales. Nos dirigimos al puerto, pasamos por el restaurante familiar donde hicimos la ultima cena y de camino al pier, encontramos a otro amigo francés en un bar, tomando las ultimas cervezas y nos deseamos lo mejor hasta futuros encuentros.

Al llegar al muelle, no había barco de las 22h, el ultimo había sido a las 21h, y por ser ano nuevo, habían recortado servicios. Así que la maraton del día siguiente iba a ser de lo mas graciosa, intentando llegar a la frontera del país antes del medio día, con la mayor fiesta del ano por todo el territorio nacional.

Nos volvimos al bar del francés y pasamos un magnifico rato. El bar era de unas chicas masajistas, que tenían el local de masaje colindante al bar, y el tipo francés, alucinado por la buena mano de las chicas invito a Xavi a experimentar lo mismo, como regalo de consolación por llegar los últimos a un barco que ni siquiera existía, supongo.

También se unió a la velada un autentico majara, un aleman que venia borracho perdido escuchando canciones de Ska-p en el movil, con una chica que se la veía también curtidita y con una gran moto de cross nuevecita; de la cual hablaba como si fuera su novia dejando a la chica en un segundo plano.

Nos empezó a contar sus múltiples accidentes en moto y a enseñarnos sus cicatrices; tenia el pelo largo y lacio y era bastante rellenito, no gordo, pero con unas buenas tetas y un flotador hinchadito. Nos pregunto que si sabíamos conducir y que si queríamos probar su moto, Xavi acepto encantado y diero una vuelta por el pueblo. Xavi volvió riendo y diciendo que con ese tío conduciendo no se montaría en la vida, y que mientras iban por las cuestas el tipo, iba pidiéndole que le apretara a fondo y que pusiera la moto al limite.

Dentro de su desastre mental, borrachera y locura en general; las chicas dueñas del bar supieron llevar muy bien su estado y hasta se rieron con la situación. Y por fin cerro el bar. Y Xavi y yo en la calle, sentados en la puerta del bar con las camareras preocupadas por nosotros, y diciendonos que si queríamos salir de copas con ellas y así no hacia falta dormir en ningún sitio... pero copas era lo que nos había sobrado en los últimos días de Ko Tao y muy muy a nuestro pesar tuvimos que rechazar la oferta.

Nos instalamos en el techado donde se ponen los taxistas en el puerto, plantamos nuestras hamacas y dormimos hasta el día siguiente. A cinco metros estaba la escuela de buceo, y nos despertaron riendo nuestros compañeros, de los cuales ya nos habíamos despedido cinco o seis veces.

Y de ahí marchamos en una loca operación salida, ultimo día del ano nuevo y con todo el país tratando de recomponerse tras el evento.

6 comentarios:

Unknown dijo...

cAbrones, k bien suena todo eso....
asi k solo os keda el haceros el master para poder ensenyar buceo..
voy a ser un pardillo para el proximo invierno a vuestro lado...
pero yo tambien kiero darle al buceo.
bueno seguir asi.
un saludal
er domin

Anónimo dijo...

Joderrrr como os lo montáis....
Un abrazo muy grande para ti juanma y otro para sus compañeros de viaje.
los textos son verdaderamente interesantes y las fotos impresionantes. Un millón de fuerzas y seguir así de bien...
ahhhh ahhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhh¡¡¡¡

Carlosssss
Pikeroots
España(Toledo)

Anónimo dijo...

Hola Juanma...sigo diciendo y lo dire por siempre que eres mi idolo, mi ejemplo en todas las historias de gente valiente que abandono una vida que no queria para hacer algo que de verdad si le gustaba... te envidio... pues aunque cada dia que pasa me rebozo mas en la mierda en la que vivo no soy lo suficientemente valiente como para coger las cosas y pirarme lejos donde nadie me dija como tengo que vivir mi vida... aprobechar vuestra experiencia.. y disfrutarla por gente, que como yo, por lo que sea no nos lo podemos permitir...

Mil besos y cuidaros...

Nómadas dijo...

Juanmoso y Xavi...me sentíiiis...jajajaja que cachiondos .... mira la Noe que se quiere ir con vosotros. La pobre que está hasta el culo de tanto mamomoneo.... bueno que esto está muy bien y ya os escribe hasta el hindú del Dom, que mamón...jajajajacómo si él se lo montara mal. Dom...la p´roxima vuleta al mundo es la tuya y no te dejes ganar por estos gandules.

Bueno que la peña está con vosotros así que cuando volvais ya estáis haciendo una fiesta para descojonarnos un rato.

He vuelto a comunicarme con Mercedes, cambio ... y dice que estás requetebueno y yo creo que se ha fijado en la "S" de superman que llevas...jajajaja en la foto del buceo , y es que hay que ver en lo que se fijan las tías.

Alé...hasta otra, xavalotesssss

Anónimo dijo...

Por cierto, Manu, hemos mandado una referencia de vuestro blog a un periódico de Toledo y os han dedicado una contraportada ...así que si empiezan a escribiros al sitio este no os acojonéis que es que estamos haciendo publicidad del blog por ahí... ale, que os cuideís y no os pongáis malos...un saludo a los dos, Juanma y Xavi

Anónimo dijo...

Hola gente!!!

Aunque solo conozco a Xavi, os saludo a todos!! No puedo decir nada mas q INCREIBLE, PRECIOSO Y Q ENVIDIA Q ME DAIS!! Tiene que ser precisoso todo aquello y más en directo, los paisajes, la gente, la cultura...
Espero algún día verlo con mis propios ojos.
Espero que esteis muy bien!!
Petons i a tu Xavi ens veiem aviat!
Carol