domingo, 30 de marzo de 2008

Directos al getto

Tan sólo tres calles, entre trastiendas de hoteles y casinos lujosos, un lago espeso de aspecto masticable dibujaba el contorno del arrabal; en él además de nuestro getto, algunas calles de tierra infestadas de burdeles baratos, talleres y chatarra.

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Al paso por estas calles, hasta los perros alían nuestra procedencia y ladraban como guardianes de un submundo que nada tenía de agradable.

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Los chatarreros tapados hasta los ojos,para evitar que la dureza del sol abrase su piel, y que la polución y los humos, se filtren con sus turbantes. A simple vista parecen guerrilleros "Kemer" de cacería, y con los perros en furia, y las chabolas mugrientas, uno se intimida; pero con la misma rapidez te conquistan sus sonrisas, te confunden con su humor picaresco y te das cuenta de que, la hostilidad se queda en la apariencia y que, Phnom Phen, aunque con armas de por medio y una reciente historia de sangre, es una ciudad que transmite la esperanza del desarrollo y la gratitud a los tiempos de paz.

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En nuestro getto, el de los mochileros y viajeros de bajo presupuesto, dada la gran demanda, al bajar del tuc-tuc, o de la moto-taxi, o simplemente dando un par de pasos en la calle; como en las películas del Bronx, locales sentados en las aceras, niños, ancianos y toda persona no turista te ofrece de todo: Droga, cómo no; libros "pirata" (fotocopias de guias "lonely planet" y algunos best-sellers) o un tour para ir a disparar armas de cualquier tipo, y si lo pagabas, hasta matar una vaca con un Bazoka, no es broma.

La primera impresión de Phnom Phen, dado el shock y el lugar donde fuimos a parar, no fue muy positiva. En parte me sentía responsable, estando ahí, de alimentar ese mercado de todo lo que puedas pagar, que los occidentales hemos creado. Todo lo ilegal o moralmente prohibido en nuestras tierras lo podías encontrar ahí, y más barato.

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Leyendo algo sobre la historia de este país y saliendo de aquél arrabal a pasear la ciudad, Phnom Phen me conquistó. Solo imaginar el 17 de abril del 75 tras la victoria de los Khemeres Rojos, y el calvario de un nación que perdió el 25% de la población exterminada por sus propios camaradas. Os recomiendo una película donde entenderéis cómo fue aquel día para esta ciudad. "The Killing Fields".

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