jueves, 3 de abril de 2008

The Secret Island

En el blog de Pako, también teneis una aventura hermanada de cómo el encontrar la isla es posible y sobre todo, divertido: La isla secreta por Pako

Al darnos cuenta de que no había manera fácil, ni barata de encontrar un transporte a la isla, la búsqueda fue más en nuestro interór, deseando estar allí; y recorriendo chabolas por el puerto y sus alrrededores, un extrañado pescador nos señaló su vehículo y efectívamente, la alternativa a alquilar un barco privado por 200US$, era la de un capitan de barco local, dispuesto a abastecer su aldea de provisiones, y de paso, acercar a tres mochileros a un paraiso con casi ningún servicio para turistas.

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Digo casi, porque en la isla, aparte de seis aldeas de pescadores, hay dos "guest houses", al final de una de las playas más largas de Camboya, 10km y tan solo vida humana en los extremos, el resto es arena blanca y dos mares; uno de agua salada y otro de vejetación tropical, la selva.

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En el barco, lógicamente, coincidimos con los habitantes del lugar, y entre ellos, un finlandés, dueño de una de las dos únicas "guest houses" de la isla. Nos miró extrañado, nos saludó y nos preguntó cómo diablos habíamos conseguido encontrar ese barco. Su preocupación era si habíamos encontrado la información de cómo llegar a través de los medios habituales, tales como internet, guias de viaje, publicidad.... Y le relajó por completo el saber que sólo buscando y deseando estábamos allí, y prometimos no revelar el nombre de la isla en público, ni tampoco el suyo.

El trayecto fue un no caber en el cuerpo, de felicidad y satisfacción de ser tan especiales, no solo de estar en Asia, sino de haber encontrado el paraiso dentro del paraiso. Y la llegada no fue para menos, la poca profundidad de las aguas turquesas no permitía al barco acercarnos demasiado a la costa donde estaba la "guest house". De repente entre las rocas, un canasto gigante, con forma de medio coco y un sonriente camboyano remando se acercó al barco.

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Dejamos nuestras mochilas con el y nadamos hasta la orilla. El atardecer, la arena blanca, los peces en el agua transparente, la selva, las antorchas en la orilla, y nosotros, saltando y gritando de felicidad.

La estancia, como podeis imaginar maravillosa, para ajustar nuestro presupuesto pedimos el lugar más austero, y nos dieron un bungalow sin puerta ni techo, solo unas lonas de plástico, que se llenaban de agua con la lluvia, y que, de vez en cuando, en medio de la noche, caía violentamente una cascada de agua en tu cabeza.

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En 10km había tan solo dos restaurantes, uno en un extremos de la playa, y el otro al final de la misma, el del capitán, un gran hombre, de origen chino, que controlaba la aldea, el puerto, el restaurante... el jefazo.

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Uno de los días nos aventuramos a ir a comer a casa del capitán y tras unas 3 horas de trekking por la arena caliente, comimos uno de los manjares más deliciosos que nunca he probado: un pescado, bueno, varios; con ginger, otros vejetales y coconut milk; arrozito blanco y como reyes.

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Unico incidente que destacar fue mi tropezón, saltando de un barco a otro con el capitán y desgraciadamente, dejando mi pié a merced de las dos moles de madera en movimiento. Fue un milagro no romperme el tobillo, pero el dolor no me lo quitó nadie. Cuando caí casi desmallado en cubierta, el capitán me agarró el pie violentamente, lo movió, lo apretó, yo grité y el se ríó de mi diciendo: "no broken, no problem..."

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Así que con mi no broken, no problem, desandé lo andado, 10km de arena hasta casa, con una increible tormenta tropical acechandonos y cientos de miles de enormes murciélagos volando encima de nosotros hullendo del temporal. Llegamos justo en el momento en que rompió a llover como nunca he visto. Una increible iluminación gracias a los rayos que a cada segundo caian, un sonido estremecedor y una cantidad de agua incalculable.

Al día siguiente, mi pie, y el tobillo eran una obra de arte abstracto. Fue muy divertido, me resultaba imposible apoyar el pie y un pescador me trajo un bastón que allí deje al marchar, creyendo que era un préstamo de caridad, pero era mucho más, era un regalo, y además artesanalmente hecho por él.

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Y eso fue todo, volvimos en el techo del barco del capitan y fuimos directos a agradecerle a Paco todas sus indicaciones, y como no, a pegarnos un homenaje de tapitas en Camboya, algo realmente único.

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5 comentarios:

pak dijo...

muchas gracias companieros!!!, alucinante la isla, al final llegamos y bueno, ya habeis leido mi aventura.

seguimos en contacto y a cuidarse!

un abrazo.

pak.

ONG S.A.L. dijo...

Muy buena iniciativa, enhorabuena, llevaba razón Proust cuanddo dijo algo así como que el verdadero explorador no está en los lugares que visita sino en los ojos con los que los mira.

Unknown dijo...

amoressssssssss!!!!!!! que envidia cuando os veo en esos paraisos y miro por la ventana y veo la fria Praga!!!! me estais despertando esa aventurera que llevo dentro!!!!^_^
aunque no me quejo...que esto tambien es un paraiso....
Muchos besos...juanmica, me cachi en diez, te exo de menos...
nos vemos pronto...
Besos
Anais...lapekenana

pak dijo...

joder, y darle recuerdos a ariel si hablais con el, que me acabo de acordar al verle en las fotos... joder que casualidades, jejeje.

ADRI y HECTOR por el MUNDO dijo...

joder juanma!!que envidia no poder estar ahi con vosotros y a la vez que no podais estar aqui con nosotros!!!!!!que buena pinta tiene eso tio...al año que viene cambiamos las posiciones ok?
ahora estamos en la paz, nos vamos a coroico la carretera de la muerte mañana y en una semana o asi llegaremos a peru, asi que ya os iremos informando del progreso....ahhh muchas gracias por el link y no os olvideis de disfrutar por todos ok??

un abrazo hermano...

adri y hector