
Para situaros: estamos en la bahía de un parque natural, en Iboh, en la isla más al norte de Indonesia, a una hora en barco de Banda Ache; el lugar en cuestion se llama Pulau Weh. El característico instrumento indú "citar", destaca entre los acordes que salen de mi portatil, y el agua suena a mis pies bajo el suelo de madera de mi bungalow, donde el mar resbala; como popa de un barco encallado en unas rocas y enfrente, un arbolado cepillo de cerdas verdes, de frutales, cocoteros y plantas tropicales; se llama Rubiah Island y es una pequeñita escisión en la bahía, que crea un ancho canal de mar con corrientes y corales, que es el que nosotros encaramos.
Cada mañana nadamos un buen rato, y la magia psicodélica del mundo submarino nos envuelve. Buscas bajo las mesas de coral rayas de puntos azules, o pulpos mimetizandose con las rocas y el coral. Huyes de los fornidos Trigger Fish que levantan su gatillo mostrándote su enfado. Vas a ver a Nemo, que vive en las Anémonas, en pareja y que si te acercas salen a defender su casa, pequeñitos, coloridos y elegantes, además tras la película en su honor resultan más cercanos que nunca. Los Cleaning Fish te mordisquean el oido si te paras en su "estación de lavado", y si tienes heridas con costra te la arrancan, cosa que puede ser dolorosa, pero lo hacen de buena fe, su función natural es limpiar la piel muerta de otros seres como nosotros y la de sus colegas los otros peces. Y esto solo con unas gafas baratas que se empañan.


Buceando estas aguas es otra historia, y esa es una de las razones por las que vinimos. Estos iban a ser nuestros primeros "fun dives", buceos recreativos, y tal vez los últimos por un tiempo, así que buscamos el centro de buceo barato, seguro y con buen ambiente, así como grupos reducidos, un buen guía y que con nuestra baja experiencia nos permitieran hacer inmersiones complejas, divertidas y con acción. Mucho pedir, ¿verdad?, pues lo encontramos.
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